“Lux Aeterna” nueva obra de Francisco J. Torres para Cigarreras

El próximo Sábado día 4 de Febrero tendrá lugar el estreno de “Lux Aeterna” primera de las novedades de cara a la próxima Semana Santa de la prestigiosa formación musical de Las Cigarreras. 

Una nueva composición musical del genuino compositor Francisco Javier Torres Simón, quién repetirá por tercer año consecutivo como uno de los autores de los estrenos de Las Cigarreras, tras “Una palabra tuya” y “Prendido”

“Lux Aeterna” contiene una dedicatoria muy especial: Dedicada al misterio del Sagrado Decreto de la Hermandad de la Trinidad de Sevilla, por su labor para fomentar la donación de órganos.

El estreno de esta composición, como no podía ser de otra forma, tendrá lugar en el concierto en honor de los donantes de órganos y trasplantados que organiza la Banda de la Vera Cruz de Utrera anualmente en Sevilla. En esta ocasión, la Banda de Las Cigarreras actuará como formación invitada en el concierto, siendo nada menos que en la Iglesia Colegial del Divino Salvador.

Así relata el propio Francisco Javier el proceso de creación y el significado de “Lux Aeterna” :

“Tras una conversación con Dionisio Buñuel, descubrí que esta hermandad estaba muy involucrada con las asociaciones de donantes y transplantados de órganos. Con esta información le di vueltas a la cabeza sobre cómo debía ser la estructura de la marcha.

El boceto inicial recibió muchas modificaciones, pero al final lo que tenía claro era que la estructura debía representar un concepto que identificara claramente tanto al misterio como a la donación de órganos: el resurgir.

Centrándome solamente en los transplantes de órganos que proceden de fallecidos, debía ser muy gratificante pensar que, pese al dolor de la pérdida, parte de ese ser querido iluminaría el interior de otra persona, haciendo que su espíritu siguiera viviendo.

Ante esta idea, no creo que hubiera un título más acertado como Lux Aeterna.

La forma de esta marcha está dividida en tres partes que son el estado inicial, la plegaria y el resurgir.

El estado inicial se muestra con una melodía truncada, sobria aunque muy emocional. Esta melodía se contesta varias veces con contramelodías casi idénticas a la inicial que representan el concepto de que padre, hijo y espíritu santo son lo mismo.

Esta parte finaliza con un golpe de campana que simboliza la muerte, aunque inmediatamente aparecen los efectos de aire, identificando con este aire el soplo de vida que le dio Dios a Adán, y que de igual forma es el soplo de vida que los médicos les da a aquellos transplantados con el nuevo órgano.

El sólo es la plegaria por la vida. Es poner música a todas las oraciones de familiares que aguardan impacientes el resultado de la operación.

La parte final es una reexposición de la melodía inicial, aunque modificada armónica y rítmicamente. Representa la luz eterna. La esencia, que aunque transformada, nunca muere.”

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